Introducción
Respirar parece algo tan simple que rara vez le prestamos atención.
Sin embargo, en el método Pilates clásico, la respiración es el hilo invisible que une la mente con el cuerpo.
No se trata solo de inhalar y exhalar, sino de dirigir la energía, oxigenar el movimiento y conectar con el centro.
Joseph Pilates decía: “Antes de aprender a mover el cuerpo, aprende a respirar correctamente.”
La respiración como principio fundamental
En Pilates, la respiración no es un acompañamiento; es un principio técnico esencial.
Cada inhalación prepara el movimiento, cada exhalación lo dirige.
Respirar con intención permite activar el powerhouse —el centro abdominal, lumbar y pélvico— donde se origina toda la fuerza y estabilidad.
La coordinación entre respiración, alineación y control garantiza movimientos precisos, seguros y eficientes.
Por eso, en la práctica clásica, se insiste tanto en respirar con ritmo y conciencia, no como automatismo.
Puedes conocer más sobre este principio en el artículo
Qué es el método Pilates clásico y por qué sigue siendo relevante hoy
Efectos fisiológicos y energéticos
La respiración profunda y dirigida mejora la oxigenación celular, reduce la tensión muscular y estimula la concentración.
Pero su efecto va más allá de lo físico:
Equilibra el sistema nervioso.
Focaliza la mente en el presente.
Transforma el movimiento en una experiencia meditativa.
Cada respiración consciente ordena la mente y alinea el cuerpo.
Cómo se trabaja la respiración en Pilates clásico
A diferencia de otros métodos, en Pilates clásico se utiliza una respiración lateral y posterior:
Inhalar expandiendo las costillas hacia los lados y atrás.
Exhalar activando el centro y alargando la columna.
Esta técnica permite mantener la estabilidad abdominal sin bloquear el movimiento.
Durante los ejercicios, la respiración se sincroniza con la acción muscular:
cada inhalación abre el espacio interno; cada exhalación canaliza la energía.
La respiración como herramienta de autoconocimiento
Respirar con conciencia es también una práctica de autopercepción.
A través del ritmo respiratorio se revelan tensiones, emociones y bloqueos.
Aprender a respirar en Pilates es aprender a escucharse, a estar presente, a dejar que el cuerpo se exprese sin rigidez.
Si quieres conocer más sobre cómo mi trayectoria artística influyó en mi enfoque del movimiento y la conciencia corporal, puedes leer
De la danza contemporánea al método Pilates: el arte de moverse con conciencia
Respirar es habitar el cuerpo desde dentro.
Conclusión
La respiración es el punto de partida y la meta del método Pilates clásico.
Sin ella, los movimientos serían solo mecánicos.
Con ella, se convierten en un acto consciente, preciso y profundamente transformador.
Desde mi práctica en Girona, la respiración es el primer paso que enseño a cada alumno:
antes de mover el cuerpo, aprendemos a mover el aire.
Soy Antonio Izquierdo, artista del movimiento y futuro instructor de Pilates clásico en Girona.
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