Introducción

En el método Pilates clásico, alineación y control no son solo principios técnicos, sino los pilares que sostienen toda la práctica.
Alinear no significa rigidez, sino permitir que el cuerpo encuentre su eje natural; controlar no implica tensión, sino presencia y precisión en el movimiento.

En mi enfoque, inspirado por la línea de Kathryn Ross-Nash y las enseñanzas de Ruth Basté, la alineación se convierte en una forma de autoconocimiento, y el control, en una meditación en acción.

Qué significa alinear en Pilates clásico

La alineación en Pilates no se reduce a “mantener una postura correcta”.
Se trata de entender cómo los segmentos del cuerpo —pies, pelvis, columna, cabeza— se relacionan dinámicamente entre sí.
Un cuerpo alineado no es un cuerpo inmóvil, sino un sistema que se autoajusta y fluye con inteligencia.

En el método clásico, cada ejercicio busca esa organización interna: desde The Hundred hasta Control Balance, todo responde al principio de economía del esfuerzo y armonía estructural.

Alinear es escuchar al cuerpo hasta que el movimiento se vuelve geometría viva.

El control: la mente que guía al cuerpo

Joseph Pilates lo llamó “Contrología”: el arte de mover con intención.
El control es la aplicación consciente de la mente sobre el cuerpo.
Cada acción se ejecuta desde el centro, con precisión y sin esfuerzo innecesario.

El control no busca dominar el cuerpo, sino educar la atención.
A través de la respiración dirigida y la activación del powerhouse, aprendemos a coordinar movimiento y energía.

Controlar en Pilates no es reprimir el impulso, sino dirigirlo con sabiduría.

Cómo se integran alineación y control

La verdadera fuerza del método clásico surge cuando estos dos principios se funden:
la alineación da estructura, y el control da consciencia.
Sin alineación, el control se vuelve rígido.
Sin control, la alineación se vuelve mecánica.

El equilibrio entre ambos permite:

  • Evitar lesiones y compensaciones.

  • Desarrollar fuerza desde el centro.

  • Mejorar la postura y la economía del movimiento.

  • Integrar cuerpo, mente y respiración en una sola acción.

En mi práctica en Girona, observo cómo esta combinación transforma la forma de moverse, respirar y habitar el cuerpo.

Aplicación en la práctica contemporánea

Hoy, en un mundo acelerado, la mayoría de cuerpos se mueven desconectados del eje.
Pilates clásico ofrece una vía para reeducar el movimiento desde la precisión anatómica y la conciencia interna.

Tanto en la danza, la vida diaria o el entrenamiento funcional, la alineación y el control siguen siendo principios universales.
Por eso el método continúa vigente: porque no trabaja solo músculos, sino patrones de movimiento y percepción.

La verdadera transformación ocurre cuando el cuerpo y la mente se alinean con la misma intención.

Pilates clásico en Girona: volver al centro

Desde Girona, mi práctica se centra en recuperar esta esencia del método original:
enseñar al cuerpo a moverse desde el centro, con presencia, economía y belleza.
El trabajo de alineación y control no se limita a la colchoneta, sino que se traslada a la vida cotidiana: cómo te sientas, respiras, caminas o sostienes la mirada.

👉 Puedes leer más sobre este enfoque en el artículo
Qué es el método Pilates clásico y por qué sigue siendo relevante hoy

Conclusión

Alinear y controlar son dos caminos hacia la misma meta: la conciencia corporal.
El método Pilates clásico nos recuerda que el cuerpo no necesita ser corregido, sino comprendido.
Y que en cada ajuste postural y cada respiración hay una posibilidad de reencuentro con el propio eje interior.

Control sin alineación es fuerza sin dirección.
Alineación sin control es estructura sin vida.
Pilates une ambos en movimiento consciente.

Soy Antonio Izquierdo, artista del movimiento y futuro instructor de Pilates clásico en Girona.

👉 Descubre más sobre mi enfoque en la página Pilates.