Danzar no es levantarse sin esfuerzo como una mota de polvo en el viento.

Danzar es alzarse sobre ambos mundos, haciéndose pedazos el corazón, y entregando el alma.

Danza donde puedas partirte en pedazos y abandonar totalmente tus pasiones mundanas.

Los hombres de verdad danzan y giran en el campo de batalla, danzan en su propia sangre.

Cuando se entregan, baten palmas;
cuando dejan atrás las imperfecciones del sí mismo,
danzan.

Sus trovadores tocan desde adentro, y océanos enteros de pasión
hacen espuma en la cresta de las olas.

Rumi.